Espero que haya alguna primavera
esperándome del otro lado de cada puerta,
alguna princesa de Etiopía que se aleje
con cada paso que doy,
que nunca lapide esa rabia del corazón.
Pero algún árbol me debe estar buscando,
y me confiscará el refugio de las aterciopeladas hojas del viento,
y me encontrará cuando sea mi hora de crecer,
quisiera....
Que no me encontrase jamás.