miércoles, diciembre 07, 2016

¿Y qué?

Es todo tan "Kind of blue"

Un comienzo tímido,
lejano,
músculos que calientan para entrar tibiamente
al ámbito de lo sencillo,
pero sublime.

Cada silencio que vivimos
(esos de puro miedo
e improductiva contemplación)
se disipa entre los dos sonidos que lo componen todo:
esos que nos encierran
nos tensan la garganta como a una cuerda

Y esos que simplemente,
simplemente,
nos liberan.

¿Y qué?
¿Y qué?
¿Y qué?

Insistís en preguntar 
y tus astillas entran precisas
con cada golpe que cae a tierra

Cuentos de sueños voraces,
gritos sin destino,
se agazapan, sonríen
en el fondo del viento nuevo que respira
y respira
y respira 

Y su aire con pausa
pero sin prisa
cose las infinitas desventuras
que nadie conoce
pero que secretamente
nos retratan
y nos codician.

martes, septiembre 06, 2016

Pasajeros

Señores pasajeros
¿cuál es la última noticia,
señores pasajeros?

Dicen que los niños no lloran más
dicen que los sueños se cumplen,
señores pasajeros
dicen que cuando llueve tiene que parar
como si por llover en primavera,
en los ojos, la misma nube,
la misma sombra
se fuese a disipar.

Me duele, señores pasajeros
me duele dormir señores pasajeros,
porque me sepulto bajo mil frazadas
pero nadie me va a mirar
y si no me miran
me muero.

Entonces tengo que caminar desnuda
señores pasajeros
tengo que abrir mi carne imperfecta
salir del silencio profundo
y eso que sólo quiero descansar,
señores pasajeros.

Me regalaron una casa,
es pequeña: una habitación blanca,
una cocinita, un baño que cuido
(porque soy limpia, señores pasajeros)
y aunque no hay cama
y aunque es lejos,
creo que puedo regresar.

Me duele, señores pasajeros.
Me duele la locura, me duele
el desnudo, me duele caminar,
me duele esta culpa mía.

Y nunca nos vamos a volver a encontrar,
señores pasajeros,
pero siempre me voy a acordar,
de lo nada que soy
y lo mucho que me dan.

martes, julio 19, 2016

Segundos

"De lo que no se puede hablar,
hay que callar" L .Wittgenstein
Un segundo imponente
te necesito dormida,
un segundo
un segundo infinito
recordando
que la libertad solo existe 
si no puede ser nombrada
y el resto más que segundos,

siempre
son 
sólo

palabras.

miércoles, julio 06, 2016

La nada.

Una vez tuve que morir
y, sin existir el vasto firmamento,
terminé amparado
en el hondo,
profundo,
infierno.

Lejano a cualquier prefiguración o
fantasía ignífuga
de látigos,
cancerberos en celo,
llantos de sangre, en fin,
dolor
abrí mis ojos negros
-porque siempre que morimos,
morimos en cuerpo y pensamiento-
para contemplar el silencio:

No había nada.

Un largo horizonte se proyectaba
infinto terreno blanco
y un tono algo más gris
en el triste cielo.
Sin día ni noche, 
Nunca variaba el viento.
Tampoco se veía un sol
siquiera tenue
que diera la ilusión
de otros universos.

Era un blanco chato,
perverso,
que se proyectaba
por todos lados
excepto
en mi desnudez pálida,
por supuesto.

Presa del miedo, empecé a correr

Mis pies se movían lentamente
uno, tras otro,
pero no sentía el suelo.
No llegaba tampoco a ningún camino,
ningún puerto,
ningún punto de apoyo
que me hiciera creer
la existencia de un metro.


Me detuve
(¿me detuve?)
de pie frente al vacío,
me quise sentar
a llorar en secreto
pero no había nadie cerca
alguien
para darme consuelo.

Abrí mi garganta fuerte,
como el niño salido
del vientre materno,
y mi voz no existía,
ni recordaba ya
su sonido verdadero.
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Intenté sacudirme en fuga,
liberarme de ese siniestro conjuro
por años
-o segundos-
de lamento.
Pero seguía quieto.
Inmóvil.
Paralizado y atento.

Se había desvanecido
hasta la propia idea de la muerte,
la razón de toda incertidumbre
el por qué de todo esto.

Sin más decidí
- finalmente-
cerrar mis ojos primero,
mi boca,
mis manos y
arrebatar el silencio.

Respiré
e imaginé un nuevo mundo, uno
en permanente movimiento.
de eras distintas con otros como yo,
saliendo del misterio.

Sería difícil aprender a abrazarnos,
estando solos tanto y tan lejos,
reinventar la ternura olvidada
el calor de los cuerpos,
el azul perdido
en que volaban nuestros sueños o
la mirada afortunada
del amor sincero.

Pero tenía mucho tiempo.

sábado, mayo 07, 2016

La alemana

Hay una alemana
dueña de la fascinación,
amante invisible que posee,
de mi,
toda la piedad.

Cascabel infinito de mentiras,
que nunca terminan de sonar,
en los días en que vivis contento
seguís pensando en ese
en que te vas y nada más.

domingo, abril 24, 2016

Anónima III

Y no te levanto
ni con una sonrisa
me pierdo en un misterio
y en tu mirada vespertina
de diarios viejos
algún tiempo muerto
recorrió nuestros jardines
y esa luna cómplice

Animales sin silencios
brutales amarguras
te evito siempre
y te recuerdo
soy el sol y el azufre
que siembra este suelo
soy la nieve y el día
que nos mata de nuevo

Un sueño abrupto
me hizo de señuelo
caí sólo en esa trampa
la suerte de un carnero
blanco, quieto
manso como el cencerro
inventando nuestras bocas
remontando nuestros cielos.

miércoles, marzo 23, 2016

Luna oculta

Somos un montón de probabilidades
(de probabilidades, de probabilidades)
Un camino entero que nos pisa
y un par de manos dibujando
una señal


Miramos el cielo cada tanto
entre tanta maleza diurna
hay una luna secreta
donde se siente sin pensar


Canciones ocultas
que nunca creímos volver a escuchar
sin hijos del tiempo
ni miradas caníbales, vampiresas
de la amarga soledad


Contamos historias graciosas
a algunos hacemos llorar
por la tibieza de este mundo
siempre crepuscular


Si nos tomamos por sorpresa
nos empezamos a enamorar
entre silencios de ojos
manos que aprietan
dedos que se entrecruzan
pieles oscuras
Llamando

Un día hermoso
un sol cálido
de la infancia más total

Amaneceremos la luna
para podernos despertar