miércoles, febrero 28, 2007

Garabato (o existencia)

No es nada más que un mediodía,
(o por ahí hasta un día en tu vida)
basta comprenderme nada más,
sólo un acorde en un lago;
solo, un paje de la libertad
invita a los pecados a desflorar,
llegan los gallos a dorar,
blandos como el azucar,
verdes como el as de Judás.
El dolor crece como la muerte,
el Febo se asoma de algún vientre.
Quizá todo me de una melodía,
tal vez esto no hable del amor.
Dibujo con agua un circulo,
te aseguro que es Dios,
lo vi en una calle el otro día,
me regaló un pedazo de cartón.
Había un hombre, una vez,
que intentó parar el tiempo.
Todo se detuvo.
Un instante después, el hombre murió.

Fin.

jueves, febrero 22, 2007

Indefinida sinfonía ni menor ni mayor

¿Los las las los? Las los, las.
Los las las, las las, los los las.
Las los las los: los los los las,
las las, los los las. Las los las
las los los, las los los, las
los, los, las las los los las.
Las las, los las, los;
los las las las, los las: los.

¡Las los las las! Los las, las las, los los.
Las las, los, los las las, los los las.
Las las, los los, las -los las-, los.

(los sol)

Sol, -sal sol- sal, sol sol, sal sal.
Sal sol sol, sal sal sol, sol, sal sal.
sol sol, sal sal, sal sol ¡sal sal sol sal!

Sol: sal sol, sal sal sal sol;
sol, sal sol, sal sal.
Sal sol sol sal sal, sol, sol
sal, sol sol sal, sol sol sal
sal sol sal. Sal sol sol, sal sal,
sal sol sol sol: sol sal sol sal.
Sal sol sol, sal sal, sal sal sol.
Sal, sol sal ¿sol sal sal sol?

sábado, febrero 10, 2007

El último dedo.

Dedos.
Dedos.
Dedos.

Secos.

Dedos.
Dedos.
Dedos.

Muertos.

Me confundí una vez, cuando la espada cruzó mi alma y me olvidé de las canciones
de héroes y de amor.
Porque por más puta que sea la infancia, y todos los besos cabalguen en humo, no sabrás para nada quién fui ni quien soy.

No viviré más en este escamoso cuerpo. Fuego al polvo y polvo al fuego, las cenizas se convierten en queso y los ratones empiezan a llegar.

Roen huesos pero también roen cerebros. Roen muertos, roen vivos, roen memorias, roen recuerdos, roen, roen, roen.

¡Roen! ¡Roen! Todo parece finalmente perecer, en el organo toca el codo la coda, y cada uno de mis desmerecidos organos se empiezan a deshacer.

El destino llega en su carroaje, sus veinte corceles que escupen fuego y miedo, y el verdugo conductor fuma sin cenicero.
Tiene perlas la memoria, y a veces les brilla el amanecer, las colonias de abejas que muerden, no saben tampoco dónde hacer su miel.

Los semáforos lucen luces rojas, verdes y deseo. El cáctus se interna en un misterioso apartamento, oscuro y encantado, pero sin luz, agua ni documentos. La duda pica, como mil piojos (¡qué piojos, termitas!), y viene un ángel vengador que anuncia el invierno, de la razón y la co-razón.

Se me consumen las palabras, se quebrará una pata de mi despertador, se recuestan los asientos, se me apaga el encendedor. Se quiebran los sonidos, se corona el silencio. Y mi boca se seca... casi tan muda como mi alma y mis dedos.

martes, febrero 06, 2007

Perdido.

Caminos, caminos y un sentido que no da respuesta,
como un animal incocebido,
nadie sabe a dónde ir ni donde nadar
camina el errante, perdido el ruido
que arrasó nuestros corazones
los telones se bajan y se abren las salidas
pero siempre son entradas
laberintos bajo almohadas, cristales de sal,
y un camino que me hace de padrino,
¿qué hacer cuando estás solo?
intenté preguntarme a mí mismo,
aunque a la fuga me había dado
desbarrancándome al olvido.

lunes, febrero 05, 2007

Llamas en un Verano otoñal.

Fuego rojo fuego.
Fuego que pasea,
que avanza y estalla
se alimenta.
Jamás sombra
Jamás esposa.

Fuego que arde.
Fuego que no quema,
y su bandera flamea
seduce, sangra y besa.
Jamás cárcel.
Jamás le creas.

Fuego que miente.
Fuego que observa;
sediciosos mil ojos
saborean la espera.
Jamás solteros.
Jamás enteros.

Fuego de cenizas.
Fuego de mariposas.
Hay un encendedor
en cada arista ardiendo
y aun así...

jamás encontrarás el fuego.