jueves, diciembre 31, 2015

El almacén del crepúsculo

Me invitas muchacha soñadora
al almacén del crepúsculo.
Vive allí tu pueblo íntimo
sin fiebres ni feriados.

Me invitas muchacha soñadora a
"gozar lo que se pueda gozar"
y hacer con nuestro paso que la tierra tiemble.

Rimas ficticias, fechas inciertas
Finales.

Me invitas, muchacha soñadora,
por caminos empedrados
a toda velocidad,
caminos que envuelven 
de llanto tus misterios.

Muchacha soñadora:
una vez conocí a un taxista
que amaba cambiar de radio
y a viejos huraños
que rebobinaban cassettes,
en sus cartas de amor.

El miedo es una fantasía,
una fantasía imposible,
muchacha soñadora;
vos que siempre supiste 
mi saber no sentirme nada.

Y una jauría nos persigue,
muchacha soñadora,
pero nadie me enseñó a correr
y perdidos en el silencio infinito,

te sigo.