Nadie sabe quién es

Si no sabe lo que quiere 

Caballo atado

1.e4

- Dale, la última, y agregó: ya saqué el pasaje.

Esa concentración en tu cara me decía que no venías a perder. Contestaste rápido, segura, y quebraste los nudillos.

1...c5

Ya estaba jugado, sabiendo que cada uno de mis pasos estaban escritos de antemano, pero dignidad ante todo. Mantuve una sonrisa firme, buscando un movimiento posible en medio del tablero que parecía venir de mi abuela.

2.Nf3

Seguías avanzando firme, con movimientos rápidos y precisos. Como si ya supieras todas mis jugadas antes de hacerlas.

2...d6

- ¡Bueno! Igual podemos seguir jugando a la distancia, ¿no?

Sí... claro - respondiste y te levantaste rumbo al baño.

El caballo negro parecía sonreírme con esos ojos brillantes que no se despegaban de mí. Dicen que es difícil saber cuando un caballo te sonríe; creo que lo hacen todo el tiempo.

Era tan tentador. Me moría de ganas de meter la mano, tomar ese caballo negro y esconderlo. Pero tenía mis códigos. Porque hay reglas, ¿no? O sea, claro, nadie me iba a ver, estabas en el baño. 

Pero aunque todo mi cuerpo quería avalanzarme a esa última estatua, no pude hacer nada.

¡Ay! Mis manos eran una revolución de nervios. Los pulgares dando vueltas, como si fueran buitres esperando el momento exacto para caer. Palpitaciones, cosquillas que se sentían como si una araña estuviera haciendo su caminata de domingo por mis dedos.  Ni siquiera me di cuenta que había agarrado la guitarra.

Tenía que calmarme. Decirle a mis manos que paren, que se relajen. Dejamos atrás por suerte esas resonancias caóticas y del ruido de las manos inquietas pasamos a la sutil disonancia de las cuerdas viejas. Zamba no iba a ser de todas formas; recordé que era lo que escuchabas cuando querías llorar.

Volviste del baño, y ahí estaba yo, fingiendo, como si pudiese algo más que una versión degastada de algún rock nacional.

-Ya moviste?

- Sí sí.

3.d4 cxd4

4.Nxd4 Nf6

5.Nc3 a6

6.Bg5

Y yo sentía que ya te conocía, que en realidad me lo habías contado medio en secreto, medio sin saberlo, en uno de esos interludios en los que preparabas tu jugada, cuando fracturabas la realidad y te sumergías en la cuadrícula sobre la mesa.

6...e6

Este conjuro raro te permitía desplegar tus movimientos más absurdos y brillantes, esos que una vez hechos resultaban evidentes. Ah, pero al quedar poseída de ese encantamiento se te iban filtrando de a pedacitos los misterios que y yo me perdía en las palabras.

A veces los magos agitan un pañuelo para invisibilizar las cartas; no sé dónde lo aprendiste pero sé que funcionaba. Y mientras movías, en el fondo de tus ojos -yo que prestaba atención- podía trazar constelaciones infinitas, amasadas con mis pobres peones blancos que, uno a uno, pasaban a contemplar el juego desde afuera de la cancha.

7.f4

Y así, cenabas con una sutileza cortesana y por dentro viendo como el caballo me llevaba de tu vida y de todas las historias que se te escapaban, que me envolvían, que me hacían olvidarme de que alguna vez hubo un tablero, un caballo, cuándo hubo una zamba.

Cuánto tiempo me tomo llegar a la ingenuidad de que te estaba aprendiendo. Ya no escuchaba esos pasajes como un simple y entretenido anecdotario o como palabras que usabas para romper la masacre muda de mi ejército de figuritas de madera. No. Me di cuenta de que me estabas dando algo más. Toda esa muerte que se agolpaba bajo tus dedos tenías que sopesarla enseñándome un pedacito de tu humanidad.

7...Qb6

Y después, con una sonrisa chiquita, moviste tu caballo negro un pasito más.

8.Qd2 Qxb2

Mate.

Nos quedamos en silencio por un momento. Sin más palabras que decir, sin más canciones que cantar.

-Bueno, qué lindo verte. Charlamos

-Dale, buen viaje

Levantaste tus cosas y te acercaste a la puerta, te volviste una última vez, y sonreíste.

Qué pelotudo, me tendría que haber robado el caballo.

Porque al final quién no está siempre en la búsqueda constante de la belleza

Anónima VI

La juventud se acaba para todos

menos para los valientes 

Será

Será que no te gusto

O será el miedo 

Será que se puede 

cambiar algo?