martes, abril 22, 2014

En tu nombre de mujer

Impreciso de silencios, corto como el tuétano
contempla tu nombre de mujer su propio espectro
El falso sol que un día nos impusieron
ya no te recorta esos hoscos espejos perversos
y las sombras sobre tu espalda se han perdido
entre tus sueños blancos por excesos ajenos

Habías ejercido pocas cosas y ese misterio de voluntades
se te iba tornando compacto, predecible carcelero
Asperos tejidos quemados por la mirada y el viento
-un viento que te encontraba desnudo en desnudo lamento-
te escudriñaban como un faro oculto en cada noche

Tormentas en combustión con el puño cerrado
banderas de ternura que, a otros, habías enseñado
no fueron suficiente cuerpo para un mundo
tieso por dentro

La risa del color infinito, tu fuego ¿prometeico?
se dio otra vez forma, y se congujó a sí mismo.
Fue un escándalo de infiernos sinceros
tosía arenas asimétricas la botella del miedo
                                                    [Pero
Tu voz no podía hablar desde el reflejo
aunque nos vivías diciendo.
                                                   [Creo que
nunca me importó, pido perdón,
me arrepiento a destiempo.
                                                   [Ahora,

Sólo siento que te mataban por dentro,
mientras contemplabas tu nombre de mujer,
sólo siento que también vos te morías
mientras contemplabas tu nombre de mujer,
sólo siento que ya no estás muerta

mientras contemplemos tu nombre de mujer.