y todos los viernes, lunes y domingos
te aclamaba a vos, Marcel,
quería comer
No se acercaban ni el tero ni el escorpión
a ese bosque hermético de palabras y tactos
con mentes troqueladas,
faunas asesinas
gargantas elípticas,
silencios de saliva
Sabíamos que te invitaba a sortear la mediocridad
Tené cuidado Marcel,
Temé por tus días
Te encontrábamos en cada esquina
pero estabas como ebrio de empezar
mientras,
la voracidad implacable de consumo, hierro
y ningún final
a ese bosque hermético de palabras y tactos
con mentes troqueladas,
faunas asesinas
gargantas elípticas,
silencios de saliva
Sabíamos que te invitaba a sortear la mediocridad
y la promesa de lo infecundo
Sabíamos que con guante en la mano,
no ibas a aguantar
no ibas a aguantar
Tené cuidado Marcel,
Temé por tus días
Siempre te decíamos,
diezmados de tanto hablar
diezmados de tanto hablar
Te encontrábamos en cada esquina
pero estabas como ebrio de empezar
mientras,
la voracidad implacable de consumo, hierro
y ningún final
miraba inexpugnable
la síntesis de tu soñar.
la síntesis de tu soñar.