Puro viento y puro polvo
forman los senderos
por donde andan, lento
azules bueyes de algún sueño
Pisando fuerte en seco
un largo invierno
les amaina las hojas
les olvida los días
Acurrucados del temor
se pierden sonámbulos
en lo oscuro del cielo
ceban mate de lo ajeno
Sin señales y sin humo
son cazados uno a uno
devorados por el hambre
por el hombre, el recuerdo
Los rubores se retiran
tras pieles duras y erizas
invasiones de mosquitos
no perdonan ni a la vista
No devuelve ya la tierra
esa mística sonrisa
que antes convidaba a seguir
con amor pero con prisa
Pesan ya los mismos pasos
que se fueron caminando
somos bueyes no caballos
seguiremos pues marchando