sábado, abril 14, 2007

Antes del alba.

Las campanadas

que destrozan

la mente del durmiente

en las pestañas

se arrepiente el alba

de su mundano destino

donde desaparecieron

los testigos que ven

apariciones, sonidos ni latidos

y la gente muere

por no embeberse de frío.

Esas cenicientas que piden propinas,

calaveras y una vida dividida,

una sombra, una mecha, una sonrisa

solo resta un futuro en ruinas

Y en la noche los adoquines

paran las balas, y las bebidas

encienden guitarras

Algún gato se acuerda

en algún techo del olvido

las marionetas de siempre

rompen los hilos

bailando morenas hasta el alba

(las campanadas) la última gota

se derrama en cada mirada.