Las muelas te taladran
de tanto fumar, de tanto embriagar
y necesitas pesticidas
contra los amores mercenarios,
¡Los días son cíclopes!,
y la comida de perro,
se te viene a la boca
tan seguida como
la palabra "entierro"...
Pero en una manzana roja,
con una plaza verde
insisten las estatuas
a canon de los pájaros
en que los extraños aprendan,
entre Giocondas y circos,
a hacer el amor con los pies,
buscar un corazón entre
los cascarones de nuez
Con los ojos del mar llegará
la polizona del viento
(que olvidará tus olvidos)
a revivir tu corazón de mendigo.
Y la muerte estará tan lejos
y tus gritos derrumbarán puertas y cielos
allí donde no hay fronteras
solo hay caminos,
Donde no hay horizontes,
nunca se pone el Dios Sol.
Y las playas son tan eternas...