Me invitas muchacha soñadora
al almacén del crepúsculo.
Vive allí tu pueblo íntimo
sin fiebres ni feriados.
al almacén del crepúsculo.
Vive allí tu pueblo íntimo
sin fiebres ni feriados.
Me invitas muchacha soñadora a
"gozar lo que se pueda gozar"
y hacer con nuestro paso que la tierra tiemble.
"gozar lo que se pueda gozar"
y hacer con nuestro paso que la tierra tiemble.
Rimas ficticias, fechas inciertas
Finales.
Finales.
Me invitas, muchacha soñadora,
por caminos empedrados
a toda velocidad,
por caminos empedrados
a toda velocidad,
caminos que envuelven
de llanto tus misterios.
Muchacha soñadora:
una vez conocí a un taxista
una vez conocí a un taxista
que amaba cambiar de radio
y a viejos huraños
y a viejos huraños
que rebobinaban cassettes,
en sus cartas de amor.
en sus cartas de amor.
El miedo es una fantasía,
una fantasía imposible,
muchacha soñadora;
vos que siempre supiste
mi saber no sentirme nada.
una fantasía imposible,
muchacha soñadora;
vos que siempre supiste
mi saber no sentirme nada.
Y una jauría nos persigue,
muchacha soñadora,
pero nadie me enseñó a correr
y perdidos en el silencio infinito,
muchacha soñadora,
pero nadie me enseñó a correr
y perdidos en el silencio infinito,
te sigo.