Quién puede decir que las palabras
no terminan en la nada
que en estos tiempos de ira
las mariposas no son más que mariposas
y los sueños no estan hechos de cristal
Cuánto se puede callar a los silencios
y a todas esas horas que se hicieron roca
esperando a los días justos
grafías en telaraña atadas
a la ira, a la sangre, a la cal.
Las palmas se chocan y gritan
se oyen
con la agonía de la prisa,
se oyen
falso dolor de lo eterno,
Y yo que nunca supe oir,
todavía, aún hoy escucho,
hirviendo dioses,
gimiendo en coro,
velando junto al tintero.