lunes, octubre 29, 2007

Frígida rosa de carnaval.

Como si el esteril cuerpo
que me encadena de por vida
no fuese suficiente alcoba
ahora guardar en la memoria
en un cofre de arena
esta impía manera
de atarme a tu desprecio
se vuelve errante, mía
y cada vez más adictiva

Ojalá alguna vez, no mame en los delirios
espejismos del destierro
palabras huecas, llenas de mis sentidos.

Me gustaría pintar
en el bote de mi deriva
un sello que se borre
por qué no como la piel
rifar mi alma de mentira
o tus cadenas rojas
carnosas y egoístas

Punzantes algoritmos
eternas melancolías
que se repiten como el eco
en cíclicos eufemismos
de una misma utopías.

Ay, pero mis letras son nítidas
tardará la violencia en quitar
la Eulogia y el racimo
de desollada margarita
los recorridos matutinos
y mis fotos con el abismo.

He vuelto sin duda a la duda
que es la razón que me motiva
La cicuta y la miel
que es la razón que me anima.
Las musas de mi vida
se ríen, juegan, me envidan
y luego atacan
en lo más bajo de mi poesía.

Ojalá alguna vez el erial me rodee
y no me arrastre al carnaval,
puta frígida, rosa verbal.