El interés por los otros es político. No existe. Existe en tanto somos sociedad. Pero cuando llegamos a un nivel de globalización tal, el otro es un anónimo. Es una decisión política preocuparse por los otros a esta altura.
«Sigo suponiendo que el mundo no alberga un sentido superior, pero sé que hay algo en él que sí tiene sentido, y es el hombre ante su prójimo. Es ese encuentro lo que le da sentido a todo. Es ese esfuerzo de quienes suben la montaña una y otra vez con alegría y pasión lo que me enorgullece de ser hombre. ¿Estás dispuesto a afrontarlo?»